jueves, 27 de febrero de 2014

Y vivieron felices para siempre…


Eunuco Producciones presenta…

Una coproducción internacional, en asocio con Warner Broaster

Del mismo director de “Posdata me quiero”, “Tragar, orar, amar”, “Orgullo y pernicia” y “Corpúsculo”.

El estreno de la temporada, que las salas de cine estaban esperando…

Un deleite para los sentidos, un canto a la vida:

Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE…

Una producción de más de 200 Millones de dólares; con más de 500 actores de talla internacional en escena.

Con la pareja nominada al Óscar de la academia, por su participación en “Como arepa para el chocolate” y Romeo, Julieta y la Mamá: Usnavy Liberty y Carnelio Pataquiva.

Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE…

William Pernicio y Marimar son dos jóvenes cristianos, decididos a casarse inmediatamente después de cumplir su mayoría de edad; pensando que el matrimonio se trata de corretearse todo el día en ropa interior; pero, luego de encontrarse con una cruda realidad, todo cambiará…

Una película que comienza donde las demás historias de amor terminan:

Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE…

Una película que le hará recordar que el matrimonio es mucho más…

Con cinco nominaciones a los Óscar de la Academia:

Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE…

―Ay, papi, qué dicha ahora que estamos ya casados; aun en contra de todos los que se oponían dizque porque apenas teníamos dieciocho años, y decían que supuestamente había cosas que teníamos que pensar antes de casarnos. ¡Ja! Son una manada de envidiosos, mi William Pernicito ―declaró Marimar―. ¡Sólo son unos solterones amargados! ¡Vamos a disfrutar nuestra noche de bodas!

―Claro, mami; así es, lo que tú digas ―confirmó William Pernicio, con sus ojos desorbitados por causa de la pasión.

―Por fin, ¡a disfrutar nuestra luna de miel! ―dijeron los dos tortolitos.

―Ahora sí, como cantamos en la iglesia: ¡¡¡Toda la noche sin parar!!! ―añadió ella, con gran calor.

Pero, lo que no saben Pernicio y Marimar, es que con el matrimonio llegarán problemas y responsabilidades por afrontar; y este matrimonio tendrá un trágico final sino interviene el único Dios que los puede salvar…

Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE…

Las revoluciones apasionadas de Pernicio y Marimar, en su noche de bodas, iban en ascenso rápidamente; pero se vieron interrumpidas cuando Pernicio liberó sus pies del calzado…

―¡Ay, huele a demonio! ¡Huele como a azufre! ―dijo Marimar, arrojando a un lado al latin lover de Pernicio, mientras tapaba su boca con lo que le quedaba puesto de su traje de novia.

―Pero, a mí no me huele a nada… ―dijo él, muy orondo, con sus medias mugrosas y emitiendo vapor, luego de haber caído como una arepa en el suelo.

―Claro, ¡si ya tiene también esa nariz poseída por la pecueca! ―advirtió ella, llena de furia y carente de todo glamour―. ¡Vaya, a ver, lávese esas garras! ¡Sin lavado de pies, ni pio!

Superado aquel infortunado impase, a pesar de que Marimar comenzaba a darse cuenta que en el matrimonio todo no era color de rosa ―mucho menos aroma de flor―, la noche de pasión continuó…

Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE… Basada en una historia de la vida real, que le tocará el corazón.

Sin embargo, a pesar de sus deseos desenfrenados de desmandarse, como ellos mismos dijeron, “toda la noche sin parar”; finalmente se quedaron dormidos; pero algo terrible estaba por pasar…

Marimar comenzó a soñar que dormía junto a Simba, el Rey León, que rugía cada vez con más y más fuerza; y, de repente, se despertó. Horrorizada se dio cuenta de que el dulce gatito de William Pernicio, mientras dormía rugía como toda una fiera; parecía ser un parlante roncador.

Marimar lo estrujó con fuerza para detener su ronquido infernal, al tiempo que le gritó:

―¡Eres un roncador endemoniado, Pernicio! Nunca me dijiste que roncabas…

Marimar le amarró a Pernicio una almohada con un cinturón en la cara, e introdujo motas de algodón en sus oídos; pero ni aun así se pudo concentrar en dormir por semejantes ronquidos, que más bien parecían gritos salvajes; por lo cual, finalmente, el roncador portátil al sofá de la sala fue a parar.

Al día siguiente, se desató una gran discusión que aplazó la correría en ropa íntima por la casa ―según esperaban y habían planeado los tortolitos para todos sus días de vida matrimonial―, pues Marimar era la que parecía poseída por causa del mal genio que le producía haber pasado la noche sin dormir; gracias a la gritería de Simba Pernicio, quien aún desde el sofá de la sala se escuchó roncar, ahora sí, “toda la noche sin parar”.

―Tengo migraña ―declaró ella, al tiempo que ponía su mano sobre su cabeza; con lo cual quedaba cancelada toda posibilidad de desencadenar su pasión en su nido matrimonial.

Una producción que le hará meditar acerca de la responsabilidad de casarse: Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE…

―Marimar, antes de continuar con nuestra vida de casados, jugando en calzoncillos por la casa, te quería preguntar: ¿Sabes qué son unos papelitos medio diabólicos que nos están metiendo por debajo de la puerta…? ―dijo Pernicio, el Rey León―. Unos que dicen “valor a pagar”

―Ay, Pernicio, no lo sé, papi ―respondió ella―; tal vez sean regalos de la lluvia de sobres de la boda, que no nos paran de llegar… ―añadió, sin prestar mayor atención.

―No lo creo, Mari ―dijo él―; pues uno de ellos dice también “fecha de corte”, y al frente tiene la fecha de hoy…

―¡Ay! ¡Se fue la energía, Pernicio! ―gritó ella―; ¡Y aún no me he alisado el pelo con la plancha! Creo que esos papeles demoniacos son las facturas de los servicios públicos. ¡Nos cortaron la luz, Pernicio!

―¿Alisar el pelo…? ¿Plancha…? Yo pensaba era en la estufa eléctrica, para que me prepares el desayuno… Ya son las 11 de la mañana, y me tienes aguantando hambre… ―declaró William P., muy apesadumbrado―. Necesito alimentarme bien, para nuestros días de pasión ―agregó, con mirada malévola.

―¡No, mijito! ¡No está ni tibio!  ―advirtió Marimar―. Yo no cocino. Si me sacó de la casa de mis papás, es para ponerme a vivir como una reina ―añadió.

Hubo un corto silencio, luego del cual Pernicio hizo una muy corta intervención más, para poner el broche de oro a esta incómoda charla matrimonial:

―¿¡Facturas!? ―preguntó él, al tiempo que buscaba su ropa para volverse a vestir; ya que, de nuevo, la correría en calzoncillos de Mickey Mouse por toda la casa se había visto obstaculizada.

Una película que comienza donde las demás terminan: Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE…

―William Pernicio, papi; no me siento bien ―dijo ella a media noche, mientras lo estrujaba para despertarlo―. Llama la ambulancia, por favor.

―¿La “lancha”? ¿Cuál “lancha”? ―respondió él, entre dormido.

―¡Me duele la cabeza, Perni! ―insistió ella―. ¡Que te levantes y llames una ambulancia, sonso!

Una producción que le hará recordar que el matrimonio es mucho más que andar todo el día en ropa interior por la casa matrimonial: Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE…

―Muy bien, señor William Pernicio y señora Marimar, ha quedado lista el acta de su divorcio ―indicó el abogado―. Causales: Malos olores, contaminación auditiva, falta de responsabilidad económica e hipocondría; en resumen, falta de verdadero amor y de responsabilidad.

Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE…

Sólo en cines: 27.02.2014.

The end


Vaya, vaya; no sé, pero antes de ver esta película, a mí me parece que tiene mucho de la vida real; porque el punto donde terminan las películas románticas de Hollywood con aquella frase célebre: “Y vivieron felices para siempre”, es en realidad el punto donde comienza la vida real, en la cual se necesita el verdadero amor para respetar una unión matrimonial.

Y es que, muchos, deslumbrados por el enamoramiento y el deseo sexual, olvidan que el amor es mucho más que sexo, noches de pasión y sábanas blancas; hay responsabilidades, problemas y retos por afrontar.

Al respecto, creo que es muy importante evaluarnos a nosotros mismos y a nuestra pareja a la luz de la palabra de Dios ―que, como en todos los aspectos de la vida, sigue siendo nuestra mejor guía―; y un excelente pasaje bíblico para hacerlo se encuentra en 1 Corintios 13.4-8.

Si, al leer el pasaje referido, ves que tu comportamiento o el de la persona que dice amarte no es acorde a lo escrito por Dios acerca del verdadero amor; es muy posible que, al igual que William Pernicio y Marimar, haya cosas que tengas que revisar antes de casarte; pues, si lo que sienten no es un amor verdadero y responsable, no habrá mucha garantía de que se conserve para siempre su unión.

Te invito a leer 1 Corintios 13.4-8, en una versión que me parece perfecta para este tema; la traducción en lenguaje actual (TLA):

4 El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable.

El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie.

No es orgulloso.

5 No es grosero ni egoísta.

No se enoja por cualquier cosa.

No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho.

6 No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad.

7 El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo.

8 Sólo el amor vive para siempre. Llegará el día en que ya nadie hable de parte de Dios, ni se hable en idiomas extraños, ni sea necesario conocer los planes secretos de Dios.”

Ahora, luego de leer, quiero dejarte dos preguntas:

1) ¿Crees que, con tu manera de actuar, verdaderamente le demuestras amor a tu pareja…?

2) ¿Crees que tu pareja actúa como alguien que en verdad te ama a ti…?

¡Espero que sí!


¡Bendiciones!


Fuentes:
Imagen adaptada: www.soyputumayo.com

4 comentarios:

  1. Muy bueno Juan Diego
    Sigue así :)

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  2. Gracias, Juan... Que bueno volver a saber de ti y de esta agradable manera.

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    1. Lina querida! Qué rico recibir tu comentario. También me alegra mucho, mucho volver a saber de ti. Espero sigamos en contacto. Ya te vi en Fb.

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