Casi
siempre que se habla de la historia de Jesús y el joven rico (Marcos 10.17-31),
se resalta el versículo 21: “Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una
cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás
tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz”; con lo cual, muchos de
los lectores creen que el plan de Dios para nuestra vida es la pobreza.
Sin
embargo, quienes continúan leyendo esta historia bíblica se pueden dar cuenta
que no es así y que, si aquel joven rico obedecía a Jesús, iba a obtener mucho
más que lo que se le pedía que dejara; y esto no se refiere sólo a la vida
eterna (que de por sí ya es demasiada recompensa).