Siempre
he pensado que soy un derrotado, pero hoy lo pienso más que nunca, y creo que
Dios ya no está conmigo. Soy un fracaso como persona, como cristiano y como abogado
―decía Bobbie para sus adentros, luego de
ser despedido de su trabajo; cuando, de repente, apareció él...
Hola
Bobbie, he venido para ayudarte ―dijo aquel ser que entonces se presentaba con apariencia angelical, con el cual entonces se
desarrolló el diálogo que presento a continuación: