Esta semana, mientras regresaba del trabajo a casa, vi a una niña de unos cuatro años de edad, que venía con su madre en el transporte público; y me llamó la atención verla jugando con un billete que tenía en sus manos, o sea con dinero; y jugaba de tal manera que estaba a punto de romperlo. Y, bueno, la falta de entendimiento por parte de la pequeña, sobre el valor de aquello que tenía en sus manos, trajo a mi memoria una antigua historia, que será narrada por sus protagonistas, en el famoso talk show de “la señorita Laura”… ¡¡¡Que pase la burra!!!
- Señorita Laura: El día de hoy tenemos un par de invitados muy especiales en nuestro talk show. Desde tierra santa, cerca a las tierras de Moab; y desde el libro de Números, capítulo 22: ¡¡¡Que pase Balaam!!! (Aplausos del público).
A ver Balaam, cuéntenos su queja.
- Balaam: Bueno, señorita Laura; estoy acá porque mi burra, que siempre había sido muy obediente, ahora no quiere hacerme caso. Yo quisiera, señorita, que por favor me ayude con esto; porque estoy muy desesperado. Yo la he tratado bien, le he dado diariamente su ají de gallina, señorita; le he dado sus papas a la huancaína y su ceviche, señorita; pero su actitud suya de ella no es la mejor. Yo creo que le ha afectado la junta con Igor, el burrito de Winnie the Pooh; y con Donkey, el burro de Shrek. Quisiera que usted me ayude, señorita Laura; porque mi burra me habló muy feo.
- Señorita Laura: ¡¡¡Le habló la burra!!! Bueno, parece que tenemos acá un familiar de Manimal y del profesor Dolittle. Señor Balaam, creo que su problema es demasiado particular (por no decir psiquiátrico). Ahora, usted solito, hablando mal de la burra, se ve muy santico; escuchemos que tiene para rebuznar la acusada, ¡¡¡Que pase la burra!!! (Silbidos del público).
Nos ayudaremos con un traductor, con título de rebuznante de la Alianza Rebuzno-Española; para que nos haga la traducción.
- Burra (con traducción): Buenas noches, señorita Laura.
- Señorita Laura: Desde el establo en que te teníamos escondida, detrás de cámaras, has podido escuchar las acusaciones de tu dueño, Balaam. ¿Qué tienes para rebuznar al respecto?
- Burra (con traducción): Ese señor está enceguecido, señorita; las ganas de dinero suyas de él lo han vuelto loco locote, valga la rebuznancia. Se ha vuelto más terco que una mula, y ni siquiera obedece a la voz de Dios. Contaré el problema:
Nos dirigíamos por el camino, y frente a mí se paró un Ángel que impedía que yo marchara, y tenía como ganas de matar a mi jefe, pero este último no lo podía ver. Cada que yo trataba de tomar otra ruta, el Ángel aparecía para impedirme el paso. El desconsiderado de mi jefe se puso a darme látigo, porque no veía lo que sucedía, ni entendía que lo que yo hacía por él era valioso, pues era para salvarle la vida, señorita. Él sabe que yo siempre he sido obediente, señorita; y para hacer lo que hacía, yo tenía una buena razón. Lo que pasa, señorita, es que él anda con ganas de cometer un ilícito, y quiere maldecir al pueblo de Dios, porque le está ofreciendo dinero para que lo haga un señor llamado Balac, que como que es un rey, señorita. Y eso que mi jefe se dice ser profeta de Dios, señorita Laura; y tiene el súper poder de hacer bendito a quien él bendiga, y de hacer maldito a quien maldiga, señorita.
Dios le dijo en varias ocasiones que no debía ir a cumplir el encargo de Balac, pero él se ha empeñado, señorita Laura. Balaam quería convencer a Dios de que lo dejara maldecir a Israel, y así poder llenarse de euros los bolsillos; hasta me prometió un establo de oro y paja orgánica si coronábamos el business; y, Dios, al ver su terquedad, lo dejó ir a encontrarse con Balac. Acá quiero hacer un paréntesis, señorita Laura, para decir que Dios a veces nos deja hacer ciertas cosas, pero no porque sea su voluntad, sino que nos deja para que nos demos cuenta de que no era el mejor camino.
Continúo con mi relato. Yo vi un Ángel con una espada en la mano, señorita; y, para salvar mi vida y la de mi amo, hui; y ahí fue que mi amo me encendió a garrote. Luego de tratar de huir, decidí sentarme para no marchar más, con mi jefe a cuestas y todo; le hice huelga, señorita, por el bien de los dos; y me dio garrote tres veces. Yo sé que, donde él hubiera tenido una espada, hubiera comido sushi de burro, señorita.
Después de tanta terquedad de mi amo, Jehová abrió mi boca, para que Balaam me entendiera y supiera lo que sucedía; y yo le dije que “yo me había portado bien con él siempre, que yo no era mala gente, que había algo especial en esta situación”.
Entonces, Jehová abrió los ojos de Balaam, y pudo ver al Ángel; quien luego de esto lo regañó por pegarme, y porque su camino era perverso, señorita Laura. Finalmente, mi jefe tuvo que hacer lo que Dios le dijo, porque a quien Dios bendice nadie lo puede maldecir, ni siquiera Balaam.
- Señorita Laura: Bueno, señor Balaam, ¿Qué tiene usted para decir?
- Balaam: Eso es falso, señorita Laura.
- Señorita Laura: ¿Falso? Pues, ¡¡¡hay vídeo!!! ¡¡¡Adelante con el vídeo!!! (Clic en la imagen para ver el vídeo).
- Señorita Laura: ¡¡¡Ah, no!!! ¡¡¡Es que este señorcito no tiene nada de santo!!! (Público se abalanza sobre Balaam para pegarle, y es protegido por los escoltas del programa). Y a ti, Burrita, te agradecemos por haber venido a desenmascarar a este mal jefe, y de aquí no te irás con las manos vacías; como cortesía, ¡Te llevarás un carrito sandwichero!
(Definición de Carrito Sandwichero: Coche de bebé convertido en cocina portátil, para preparar y vender sándwiches. Es la recompensa por hacer pública la vida privada y hacer el ridículo en el show de Laura).
¡Hasta la próxima, mis queridos televidentes de "El Show de Laura"!
Ay, Dios mío ¡Qué locura de show! y qué locura la del profeta Balaam, al no entender lo que su burra sí entendía; al no comprender el valor de lo que ella hacía, pues era para salvarle la vida. Qué locura la nuestra también cuando, al igual que el profeta, no percibimos el valor y la realidad de las cosas; cuando, de la misma manera que aquella niña del transporte público estaba a punto de romper un papel de gran valor, tratamos cosas valiosísimas que tenemos cerca como si no lo fueran.
En la gran mayoría de los hogares de occidente, existe hoy la posibilidad de tener La Biblia; y me atrevo a pensar que en un 99,9% de los hogares está, o podría estar sin mayor esfuerzo. Sin embargo, no la valoramos, no la leemos, y la tratamos como si fuéramos esa niña del transporte público, que un papel valioso trataba sin cuidado. Mientras tanto, existen países en los que la Biblia sólo llega y sólo se tiene de manera “ilegal”, pues las leyes de tales naciones la prohíben.
Debemos amar la Palabra de Dios, debemos amar la Biblia porque es la Palabra de Dios; y tratarla como corresponde, viendo el valor que posee, leyéndola y obedeciéndola. Desde el año 1.994 comencé a leer la Biblia y, hoy, luego de mucho tiempo, sé que estaba muy lejos de imaginar el invaluable tesoro que tenía en mi mesa de noche, y que entonces sólo veía como un “amuleto” para tenerlo abierto en el Salmo 91, para que yo fuera protegido.
Jesucristo, El Señor, dijo: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” Juan 14.21. La pregunta es ¿Cómo podemos guardar los mandamientos de Dios si primero no los leemos y/o escuchamos?
Hace mucho tiempo, el pueblo de Dios sufrió grandes pérdidas y destrucción por no conocer lo que necesitaba, por lo cual la respuesta del Creador al respecto fue: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”, según vemos en Oseas 4.6. Nosotros no deberíamos dejar que esto mismo nos suceda; sobre todo, cuando tenemos todo servido para conocer a Dios y su plan de salvación y bendición para nuestras vidas, y hasta en Internet encontramos su Palabra…
Necesitamos conocer a Dios, por medio del valioso Libro que preparó y puso en nuestro camino; pero, esto difícilmente sucederá si no entendemos su valor real. Necesitamos que Balaam siga la voluntad de Dios, pero esto difícilmente sucederá si sólo ve una “terca” burra, en lugar de mirar el Ángel de Jehová.
De seguro, no será necesario que hoy un animal nos hable, para comenzar a ver el valor real de La Biblia… No será necesario que ese canchoso perrito french poodle, que por lo general está en casa de nuestra abuela y se llama Muñeco, Tony, Copito, Coquito o Luna; termine en el talk show de Laura porque un día, luego de haberse limpiado la sopa que le quedó en la boca con la pata, nos dijo: “¡¡¡Léete la Biblia, home!!!”
Nota final: Quiero dejar en claro que amo a mis hermanos peruanos, pues han sido una bendición para mí y para mi familia; y que el uso de la figura de El Show de Laura no busca para nada ofender la nacionalidad de tan valiosas personas, que tienen un lugar en mi corazón.
¡Hasta la próxima!
Referencia Bíblica:
Las citas bíblicas (RVR 1960) son de la versión Reina-Valera © 1960. Modificadas en algunos apartes.
Fuente Imágenes:
Talk Show: http://ateismoparacristianos.blogspot.com/2010/06/la-burra-de-balaam-o-la-historia-mas.html
Burra: http://quebellassontustiendas.files.wordpress.com/2011/07/balaams-donkey-logo.gif?w=300&h=231
Ángel con Balaam y Burra: http://verdadescristianas.blogcindario.com/2010/05/04634-oracion-para-pedir-ayuda-al-senor.html
Balaam Golpeando Burra: http://www.touchoffire.com/nb.html
Padrisimo!!
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Martha! Dios te bendiga.
Eliminar